Así es.
Si uno pasa la vida sentado en su casa, jamás encontrará lo que busca.
Por experiencia propia, si salimos a la calle podríamos encontrar a nuestro príncipe azul en cualquier momento. Pero, si nos quedamos en casa esperando a que este llegue, podrían pasar miles de años sin saber algo de él.
Así que a ponerse las pilas. Salgamos al mundo a buscar para encontrar!
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